Cómo interpretar las etiquetas de los productos cosméticos

Los envases de los productos cosméticos nos aportan mucha información, y saber cómo interpretarla te ayudará a entender qué tipo de producto estás adquiriendo, cómo conservarlo de manera segura y cómo consumirlo de la forma más adecuada. Sigue leyendo y descúbrelo.



ENTENDER QUÉ ME DICE CADA SÍMBOLO


En primer lugar, hay que aclarar que en principio no encontrarás todos estos símbolos en un producto, pero te explicamos el significado de todos porque es importante entender la información que te está aportando cuando te encuentres con ellos.



Contenido nominal: indica el contenido en el momento de su producción siguiendo el sistema de rellenado medio definido en la legislación. En función de si es sólido o líquido se indicará en g. o en ml.


Fecha de duración mínima: informa sobre la fecha de caducidad y no es obligatoria si el producto tiene una duración mínima de 30 meses sin abrir.


PAO (Period After Opening): nos indica el número de meses que se puede usar ese producto con todas las garantías, una vez abierto.


Número de lote de fabricación: se trata de un número que se asigna al producto tras su producción y gracias a él, se puede llevar a cabo la trazabilidad de este. Este control es esencial en caso de inspecciones, reclamaciones y/o incidencias.


Punto verde: en Europa, todas las empresas están obligadas legalmente a reciclar y recuperar los embalajes de sus productos. El símbolo de “punto verde” es el que se utiliza para indicar que el fabricante está cumpliendo con la ley de envases y residuos.


Anillo Möbius: este símbolo voluntario indica que los envases del producto pueden ser reciclados, y si en el interior aparece un porcentaje, significa qué cantidad del producto será reciclable.


Tidyman: este es un símbolo voluntario que anima a los consumidores a deshacernos de los residuos de la forma adecuada y a ser responsables con el medio ambiente.


Plásticos: ofrece información sobre los materiales con los que ha sido fabricado el plástico del envase; PET o PETE (Polietileno terftalato), HDPE (Polietileno de alta densidad), V o PVC (Vinílicos o Cloruro de Polivinilo), LDPE (Polietileno de baja densidad), PP (Polipropileno), PS (poliestireno) y otros.



UNA MENCIÓN ESPECIAL A LOS PROTECTORES SOLARES


SPF: el factor de protección solar es una indicación de la cantidad de protección que proporciona un producto frente a la radiación solar. Los valores de SPF van desde 6 hasta 50+, en función de la protección que ofrezca el producto cosmético. Estes valor puede ir acompañado de una indicación del tipo de protección: baja, media, alta o muy alta.


UVA: la presencia del símbolo UVA en el etiquetado de un fotoprotector solar, indica que la protección ofrecida por el producto frente a la radiación UVA es como mínimo 1/3 del factor de protección solar.



FUNCIÓN Y LOS INGREDIENTES DEL PRODUCTO


Todo producto cosmético debe ir acompañado de la descripción de la función que cumple ese producto, y como consumidores, deberemos ceñirnos a ese uso para que su consumo sea seguro.


Además, los fabricantes están obligados también a incluir la lista de ingredientes siguiendo la Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos (INCI), que unifica el nombre de un mismo ingrediente para que el consumidor pueda identificarlo independientemente de cual sea su procedencia. Encontrarás la lista de ingredientes ordenados de mayor a menor concentración en el producto hasta concentraciones inferiores al 1%, a partir de esta concentración, se podrán poner en orden aleatorio. Esta nomenclatura establece además que los productos químicos se tienen que escribir en inglés y los productos naturales como las plantas, con su denominación en latín.



ALGUNOS RECLAMOS PUBLICITARIOS


La producción de productos cosméticos es un sector estrictamente regulado por la Unión Europea mediante el Reglamento de Cosméticos 1223/2009, el cual cuenta con 5 anexos que regulan más de 2.000 ingredientes para este tipo de productos.


En este sentido, muchos mensajes orientados a indicar que los productos no contienen ciertas sustancias tóxicas, suelen ser un reclamo publicitario.


Un claro ejemplo de ello son los productos ‘cruelty free’ que han abanderado a algunas marcas cosméticas, pero la realidad es que la Unión Europea eliminó la experimentación animal en productos cosméticos en 2013 y por lo tanto, los reclamos cruelty free en productos europeos, cada vez tienen menos razón de ser.



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