La alimentación del deportista, ¿qué nutrientes son más importantes? ¿hidratos de carbono? ¿proteínas? ¿aminoácidos ramificados? ¿vitaminas?
Seguramente no hay una respuesta a esta pregunta. En primer lugar, es evidente que no existe un solo tipo de deportista, de lo que fácilmente se deduce que la alimentación está condicionada por el tipo de ejercicio que se realiza y por las características de cada deportista.
Por ejemplo, las demandas energéticas de un ciclista son diferentes a las de un gimnasta o un judoca, y además pueden variar a lo largo de los ciclos de entrenamiento de una temporada completa.
En segundo lugar, la alimentación debe entenderse como la forma de aportar al individuo todo el conjunto de nutrientes que necesita para desarrollar su actividad diaria, por lo que no existen unos nutrientes más importantes que otros.
La alimentación del deportista debe partir de la alimentación saludable recomendada para cualquier persona, ajustando las cantidades de alimento para conseguir un peso adecuado a las necesidades de cada deporte.
Además, hay que aumentar el aporte de alimentos (especialmente de los ricos en hidratos de carbono) y líquidos antes, durante y después de los entrenamientos y competiciones, para favorecer un rendimiento óptimo.
Por supuesto, cabe desaconsejar las dietas demasiado restrictivas, habituales en deportes que exigen un peso corporal muy por debajo de los parámetros recomendados.
En cualquier caso, tanto en el deporte como en general no solamente es importante la cantidad, sino también, y cada vez más, la calidad de los alimentos.
De este modo, cuidar el origen de lo que comemos, priorizando el consumo de los alimentos frescos en lugar de los excesivamente procesados, procurando que sean variados e incluyendo alimentos de temporada, sigue siendo válido también para los deportistas.
No en vano el rendimiento es una larga cadena que para su buen funcionamiento necesita que todos sus eslabones se mantengan en perfecto estado.
Disenium