Cuando las condiciones climatológicas hacen que las temperaturas bajen ostensiblemente es muy importante proteger la piel del frío, ya que este la debilita: se ve más pálida por la vasoconstricción que ocasiona el frío y, a un mismo tiempo, se produce una reducción de la irrigación capilar que dificulta la llegada de nutrientes y oxígeno.
Como consecuencia de todo ello se ralentiza la regeneración celular, produciéndose una acumulo de células muertas en nuestra piel, por lo que el cutis se ve más opaco y, en ocasiones, de un color más apagado y con un aspecto menos saludable.
Los síntomas más habituales de una piel deshidratada, desnutrida, poco oxigenada y que presenta dificultades para su regeneración celular son la tirantez, la sequedad y una sensación de hipersensibilidad.
A estos efectos del frío se unen los de las calefacciones, que aumentan aún más la sequedad, sobre todo si están reguladas a temperaturas muy altas.
LA IMPORTANCIA DE HIDRATAR LA PIEL
La función de un cosmético hidratante es la de restablecer la homeostasis de la piel, es decir, su equilibrio natural, para evitar el envejecimiento prematuro así como las posibles irritaciones que podemos sentir debido al frío.
El nivel ideal de humedad de la piel es entre 10 y 20 %, pero ha de mantenerse un nivel de lubricación adecuado y este tiene más que ver con los lípidos secretados por las glándulas sebáceas.
Es muy importante, antes de elegir los productos hidratantes, saber el tipo de piel que tenemos, ya que elegir mal las cremas hidratantes es la mayor causa de sequedad y alteraciones de la piel en invierno.
Las cremas y fluidos corporales para el invierno deben tener como objetivo fundamental mantener la hidratación a nivel epidérmico, hidratando y reincorporando los lípidos para evitar que se irrite y deshidrate.
CUIDADOS DIARIOS PARA TENER UNA PIEL SANA
1. Limpieza: la limpieza, aunque solamente sea con agua, puede llegar a quebrar la barrera de protección cutánea. Una ducha diaria es suficiente. No debemos realizarla con agua excesivamente caliente y es mejor que sea corta. En invierno debe mantenerse la limpieza diaria, sin dejar de rehidratarla en profundidad.
Tenemos que tener en cuenta la dermotolerancia de los geles y conviene usar productos hipoalergénicos que se enjuaguen de manera rápida y limpien profundamente. Las fórmulas con aditivos de hidrolizados de proteínas se toleran mejor y la piel se reseca en menor medida.
El rostro debe limpiarse con productos específicos como emulsiones limpiadoras, aceites hidrófilos o productos con avena. Después, se aclara el rostro con abundante agua para que no queden restos de estos productos. Se recomienda no usar peelings si la piel está seca o irritada.
2. Tonificación: para conseguir la tonificación adecuada se recomienda que usemos tónicos que no lleven alcohol y aporten activos humectantes, así como calmantes y antiirritantes.
3. Cuidado y protección: tras tonificar ha de regenerarse la capa hidrolipídica de la piel. Es aconsejable usar una emulsión W/O (de agua en aceite) y preparados con liposomas.
Las cremas y emulsiones grasas también pueden ser adecuadas porque suelen tener combinaciones de aceites vegetales y sintéticos, pero no conservantes ni emulsionantes; sin embargo, sus deficiencias son la carencia de agua y de humectantes.
Las mejores fórmulas llevan, junto a una base grasa, elementos humectantes como glicerol, sorbitol, propilenglicol, ácido hialurónico, urea, pantenol, vitamina E, colágeno y elastina.
La urea es un componente que evita la descamación de la piel, eliminando o reduciendo así el picor; por lo que en invierno se aconseja el uso de cremas hidratantes con urea.
Otra sustancia que se aconseja incluir en invierno es la vitamina C, ya que reafirma las paredes de los vasos capilares evitando su dilatación o expansión excesiva (teleangiectasia). Se puede aconsejar tanto en crema como por vía oral reforzando la formación de colágeno.
En el caso de ambientes con calefacción en los que se siente que la piel del rostro produce sensación de ardor, se aconseja el uso de cremas con vitamina A, malva o aloe vera.
EL CUIDADO DE LAS MANOS EN INVIERNO
Por todo lo comentado, se recomienda el uso, de cremas que lleven en su fórmula activos humectantes, así como nutritivos como rosa mosqueta o manzanilla, para esta época del año.
EL CUIDADO DEL CONTORNO DE OJOS
Esta zona es más fina y sensible debido a que tiene menos glándulas sebáceas. Es más propensa a tener signos de expresión y si sufre en exceso se envejece con facilidad. Se recomienda que la crema contorno de ojos sea relipidizante con aceites vegetales y vitaminas A, C y E.
PROTECCIÓN LABIAL
Lo más indicado en invierno son los bálsamos O/W, es decir, emulsiones de aceite en agua. Deben usarse con frecuencia, especialmente en situaciones de frio severo.