Conseguir una piel hidratada, sana, sin puntos negros ni manchas no es tarea fácil.
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y por eso deberíamos prestarle especial atención.
Todos tenemos nuestro pequeño arsenal de productos para el cuidado de nuestra piel, pero ¿sabemos exactamente qué rutinas son beneficiosas y qué productos pueden ser peligrosos?
En este artículo te hablaremos de algunas de las prácticas que pueden poner en peligro la salud de tu piel y te aconsejaremos qué NO debes hacer.
Exfoliarte demasiado
Al exfoliarnos ayudamos a eliminar la parte externa y deteriorada de nuestra piel, estimulando el desarrollo de una nueva capa.
Sin embargo, si nos exfoliamos a menudo podemos dañar la epidermis, alterando la barrera natural y exponiéndonos a infecciones y deshidratación. La exfoliación nunca puede ser parte de nuestra rutina diaria.
Consejo: No aplicar mucha presión al exfoliar, usar exfoliante de grano pequeño, aclarar con agua tibia y no repetir el proceso más de una vez por semana.
Maquillarte todos los días
La piel necesita descansar y respirar. El uso diario de maquillaje, puede propiciar el desarrollo de rosácea, un desorden inflamatorio que produce enrojecimiento de la piel.
Si aparte de esto nos olvidamos de desmaquillarnos antes de dormir, estamos exponiendo a nuestra piel a más suciedad, aceites y sustancias nocivas, que pueden provocar la aparición de foliculitis, irritación, eczemas o acné.
Usar siempre el mismo producto
Todos hemos encontrado un producto que va genial y con el que estamos súper contentos. Sin embargo, con el tiempo, nuestra piel cambiará y se adaptará a los ingredientes activos del producto restándole efectividad.
Hay que tener en cuenta que nuestra piel no se mantiene estática y que un producto que nos funciona de maravilla un año pueda dejar de hacerlo al siguiente. Hay muchos factores que pueden hacer cambiar nuestra piel como el entorno, tratamientos hormonales o niveles de estrés entre otros. Por eso es importante conocer el tipo de piel que tenemos y reevaluar las necesidades que tiene cada seis meses.
Proteger tu piel de los rayos de sol
El gran responsable directo del envejecimiento de nuestra piel es el sol. Destruye el colágeno, produciendo arrugas, y sus rayos ultravioleta aumentan la producción de melanina, que puede producir manchas; por no hablar del cáncer de piel.
Te recomendamos usar una protección factor 30 como mínimo y si tienes piel clara y sensible, usa un factor superior.
Ver todos los protectores solares
En estos tiempos de pandemia, el estrés y los malos hábitos pueden ser devastadores para nuestra piel. A muchos nos ha pasado que al estar más tiempo en casa empezamos a probar remedios caseros para nuestra piel que hemos visto de algún influencer en Instagram o Tik Tok.
Aquí te dejamos tres ejemplos de remedios caseros que hemos visto en las redes y que no deberías probar:
Máscara de huevos crudos
Este es el ejemplo perfecto de “trucos caseros” para mejorar la piel que se han visto en TikTok. La premisa es que los huevos, tanto las yemas por un lado como las claras por otro, tienen efectos reafirmantes y tensores para nuestra piel y nos ayudan a reducir o eliminar los puntos negros.
Económico, fácil y sencillo. ¿Qué podría salir mal?
Pues bien, hay todo un conjunto de enfermedades derivadas de patógenos alimenticios como la salmonela, gripe aviar, listeria o estafilococo áureo entre otros, que podemos desarrollar al usar huevos crudos. Teniendo en cuenta que los huevos crudos no van a hacer maravillas en nuestra piel, ¿para qué arriesgarnos?
Pasta de complementos vitamínicos
Muchas personas cometen el error de pensar que como estos productos contienen antioxidantes o vitamina C, hacer una mascarilla con píldoras trituradas reportará los mismos beneficios. Spoiler alert, ¡no es así!
Muchas de estas vitaminas se oxidan al entrar en contacto con el agua, perdiendo su efecto y pudiendo acarrear otros efectos adversos, causando justo lo contrario de lo que buscamos.
Como los suplementos están formulados para ser digeridos y metabolizados en el estómago, el uso tópico de estas vitaminas hará que no penetren en nuestra piel y no se produzca ningún cambio.
Exfoliante de café y sal
Aunque estos ingredientes son naturales y podemos encontrarlos en cualquier cocina, son demasiado agresivos para aplicarlos directamente en la piel.
Los pequeños granitos de sal y café tienen esquinas puntiagudas, imperceptibles para el ojo humano. Lo único que conseguiremos exfoliándonos con ellos será crear pequeñas micro heridas en nuestra piel, laceraciones que tampoco serán perceptibles a simple vista pero que dañarán la parte más externa de nuestra epidermis.
Incluso con productos específicos, una rutina exfoliante regular puede comprometer la funcionalidad de la barrera protectora de nuestra piel y la respuesta inmune de la misma.
Te recordamos que este artículo no es una guía médica para el tratamiento y cuidado de tu piel, sino un conjunto de consejos de rutinas a evitar. Para cualquier problema dermatológico, consulta con tu médico de confianza.